El Tarot de Salvador Dalí

¿Conoces ya la estupenda baraja de cartas de Salvador Dalí?



Salvador Dalí siempre fue un interesado en lo esotérico, por lo que la mente puede decir sobre nosotros, por la locura y la irrealidad. No es sorpresivo que a lo largo de los años el psicoanálisis tuviera más y más importancia en su obra, que los símbolos fueran cada vez más complejos y que su personalidad se convirtiera en la de un loco, como él lo afirmaba. La relación que tuvo con el arte y el estudio de lo oculto lo llevó a crear tantas obras que parece que abarcó todos los campos conocidos en el medio del arte.


En 1970 Dalí creó una serie de más de 70 cartas de tarot para fines esotéricos. Su acompañante de vida, Gala, fue una mujer que desde 1941 había creado su propia baraja, pero pasarían casi 30 años para que el exponente del surrealismo creara una en su estilo característico. Tarot Dalí o Universal Tarot fue completado con 78 ilustraciones del pintor español.


Entre 1983 y 1984 las cartas fueron publicadas. El pintor plasmó, en una serie que es más alargada que las cartas normales, las típicas ilustraciones del tarot, pero con sus respectivas variaciones. Las cartas son más grandes y alargadas que las del tarot normal y contienen muchas referencias a lo que podemos ver en los cuadros más famosos del pintor. Relojes, hormigas e incluso autorretratos abundan en la colección.

Las cartas se pueden recopilar con un libro edición especial sobre este magnífico trabajo. Al igual que sus ilustraciones sobre Alicia en el país de las maravillas, este no es un libro barato, pero contiene mucho más acerca de la historia de las cartas, su significado, y claro, una guía para leer tan importante obra de arte.




Una luna con cara de mujer se asoma entre el firmamento cubriéndolo ampliamente. Un castillo que en realidad es una serie de edificios que parecen se de Nueva York o alguna ciudad cosmopolita. La injerencia de este tipo de imágenes en un juego de tarot parece una burla, pero es más una interpretación carta por carta, obra por obra.






El juicio, simbolismo cristiano en una carta que parece un collage realizado por Joan Miró y no por el propio Dalí. Las líneas negras sobre el manto azul que se encuentran sobre la cabeza del ángel parecen decir algo cuando en realidad se trata de la firma del artista. Esta firma cubre gran parte de la obra, pero las otras líneas con las que parece haber firmado semejan las caras de un hombre y una mujer. Misterio, sexualidad escondida en un objeto religioso, característico de Dalí, pero al mismo tiempo sorprendente.





El ahorcado parece una burla a Shakespeare. Un hombre bastante parecido al autor inglés se encuentra en total reposo mientras cuelga del tobillo.

 


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